A pesar de ser uno de los países más pequeños de la región, Uruguay tiene una producción artística tan rica y diversa que incluso sobrepasa la de algunos de sus vecinos. Los pintores uruguayos, visionarios y versátiles, han destacado en diversos movimientos artísticos, e incluso encabezaron vanguardias que cambiaron el curso de la historia del arte en América Latina.
Aquí tienes 10 pintores uruguayos que todo amante del arte debe conocer.
Juan Manuel Blanes (1830-1901)
Conocido por pintar escenas históricas en un estilo costumbrista, Juan Manuel Blanes fue ampliamente reconocido alrededor del Río de la Plata. Su labor le valió el título de “pintor de la patria” en Uruguay, e incluso llegó a estar en el billete de dos mil pesos uruguayos. Gran parte de obra se encuentra en el museo que lleva su nombre, ubicado en el Prado de Montevideo.
Pedro Figari (1861-1938)
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Aunque estudió derecho y fue un abogado destacado, Pedro Figari es recordado como uno de los pintores más importantes de la historia de Uruguay. En sus obras, el color es la fuerza principal, dando vida a un estilo que recuerda a las pinceladas impresionistas. Sus pinturas retratan escenas cotidianas, desde reuniones familiares y corridas de toros hasta fiestas comunales y funerales.
Joaquín Torres García (1874-1949)
Nacido en Montevideo, Joaquín Torres García fue un artista que desafió las etiquetas y, al hacerlo, forjó un camino que lo convertiría en una de las figuras más influyentes del arte moderno en América Latina y uno de los pintores uruguayos más importantes de la historia. Conocido como el creador del universalismo constructivo, Torres García introdujo una serie de vanguardias que darían forma a algunos de los movimientos artísticos más prolíficos e interesantes del cono sur.
Rafael Barradas (1890-1929)
Influenciado por las corrientes que cobraron fuerza en Europa en las primeras décadas del siglo XX, Rafael Barradas desarrolló un estilo propio caracterizado por colores intensos y un ingenioso uso de la geometría para transmitir emociones y construir historias en sus cuadros. Junto con Torres García, concibió el vibracionismo, un concepto que parte de que la multiplicidad y la simultaneidad de elementos crea la ilusión de movimiento dentro de la composición.
Petrona Viera (1895-1960)
Petrona Viera es considerada la primera artista profesional en la historia de Uruguay. La meningitis que sufrió a los dos años la dejó sorda de por vida, pero eso no la detuvo: en 1926 tuvo su primera exposición individual, y su obra sería exhibida tanto en su país como en el exterior. En su obra, Viera adoptó un estilo planista, es decir, un enfoque bidimensional en el que todos los elementos de la pieza parecen coexistir en un mismo plano. Con una paleta de colores luminosos, dio vida a escenas hogareñas y paisajes soleados.
Lía Mainero Berro (1902-1964)
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Exponente del arte naíf, Lía Mainero Berro creció en una familia acomodada y liberal que le permitió desarrollar una carrera como pintora. Mainero fue contra las tendencias de arte de su época, poniendo su dulce imaginario al centro de su obra. En sus pinturas, llenas de sensibilidad, Mainero explora la fantasía y la inocencia. “Pinto lo que me interesa y solo cuando lo siento”, dijo en una ocasión.
María Freire (1917-2015)
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Pintora, escultora y crítica de arte, María Freire fue una destacada figura del arte abstracto en Uruguay, o de manera más específica, del arte concreto. En esta corriente, la forma predomina sobre el color, y está inspirado de la labor de De Stijl, los futuristas y Wassily Kandinsky. Gran parte de sus pinturas parten de un ícono que es armado y rearmado a lo largo de la composición con ayuda de colores vívidos y un trabajo de líneas que se ha vuelto característico de su estilo. Sus obras se pueden apreciar en el Museo Nacional de Artes Visuales de Uruguay, el Museo de Arte Moderno de São Paulo, y el Museo Reina Sofía, entre otros.
Julio Alpuy (1919-2009)
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Originario de Cerro Chato, Tacuarembó, Julio Alpuy tuvo que mudarse a Montevideo para estudiar pintura, y eventualmente fue discípulo de Joaquín Torres García. Desde 1960 se estableció en Nueva York. Su obra toma el universalismo constructivo para darle una aplicación urbana, valiéndose del dinamismo de este estilo para crear escenas citadinas que capturan a la perfección la vida ajetreada en la segunda mitad del siglo XX.
Andrés Vivo (1955)
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Nacido en Montevideo, Andrés Vivo inició su formación artística a los 16 años. Su obra consiste mayoritariamente en paisajes y vistas urbanas, así como escenas con múltiples figuras humanas cuya anatomía se desdibuja para construir composiciones que se acercan al surrealismo. Con un balance entre colores intensos y apagados, Vivo hace de sus pinceladas texturizadas su principal herramienta para contar historias, por lo que es uno de los pintores uruguayos más interesantes de los últimos tiempos.
Martha Escondeur (1957)
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Originaria de Santa Lucía, Martha Escondeur ha hecho de la figura femenina el tema central de su obra. En sus retratos, esta pintora permite que su sujeto sea uno con su entorno, dando vida a escenas oníricas en las que los colores y las pinceladas transmiten tanto como la expresión en los rostros de sus protagonistas. “Cada pintura se refiere a un instante, a una fracción de vida, y si bien son personajes anónimos, comparten las mismas vivencias, los mismos sentimientos y necesidades, porque en definitiva, la vida es igual en todas partes”, escribió en su blog.
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