Por miles de años, muchos artesanos han encontrado inspiración en el vidrio, ya que, en cualquiera de sus formas, puede producir obras de arte extraordinarias. Sin embargo, cuando está coloreado, el medio toma nuevas formas caleidoscópicas.
Aunque a menudo se asocia con ventanas y lugares de culto, el vitral ha sido adoptado y adaptado para todo tipo de arte, desde tazas antiguas hasta instalaciones contemporáneas. Sin embargo, antes de hablar de la antigua historia de los vitrales, es importante conocer las características principales de este medio.
¿Qué es un vitral?
Los vitrales, también llamados vidrieras policromadas, se componen de vidrio que ha sido coloreado con óxidos metálicos durante su proceso de fabricación. Diferentes compuestos producen diferentes tonalidades, permitiendo a los artesanos obtener vidrio de colores específicos. Agregar óxido de cobre al vidrio fundido, por ejemplo, producirá tonos verdes y azulados.
Una vez que el vidrio se ha enfriado, se puede ensamblar para producir obras de arte decorativas. Estos fragmentos pueden ser mantenidos en su lugar por varios materiales, incluyendo plomo, piedra y lámina de cobre.
Historia
Objetos antiguos
La existencia de los vitrales se remonta al Imperio romano, cuando algunos artesanos comenzaron a utilizar vidrio de colores para producir objetos decorativos. Si bien existen pocas piezas de vitral completamente intactas de este periodo, la copa de Licurgo sugiere que esta práctica existía ya en el siglo IV.
La copa de Licurgo es una copa en jaula hecha de vidrio dicroico—un medio que cambia de color dependiendo de la dirección de la luz. Cuando se ilumina desde dentro, la copa se tiñe de rojo; si se ilumina desde fuera, adquiere un color verde opaco.
¿Cómo fue que los artesanos romanos de la antigüedad crearon una copa así? Hoy en día, el proceso para crear esta pieza sigue siendo un misterio. Aunque los historiadores están seguros de que gotas de oro y plata en el vidrio son las responsables de los cambios de color, creen que es probable que la copa fuera creada así por accidente, ya que ninguna otra pieza de vidrio dicroico de esa época posee el mismo contraste de color.
“La copa de Licurco es un ejemplo de una tecnología efímera desarrollada en el siglo IV por los vidrieros romanos”, explica un equipo de historiadores del arte en The Lycurgus Cup – A Roman Nanotechnology. “Hoy sabemos que estos efectos se deben al desarrollo de nanopartículas en el vidrio. Sin embargo, la incapacidad de controlar el proceso de coloración hizo que se produjeran relativamente pocas piezas de vidrio de este tipo, y sobreviven aún menos”.
Aún así, la copa de Licurco es celebrada como una de las más importantes obras de vidrio antiguo, y el historiador del arte Donald Harden incluso llegó a llamarla “el vidrio más espectacular de la época, perfectamente decorado, del que tenemos conciencia”.
Monasterios medievales
A la llegada del siglo VII, los artesanos comenzaron a cambiar su enfoque, dejando de lado los objetos para concentrarse en las ventanas. Como era de esperarse, los coloridos vitrales fueron utilizados para adornar abadías, conventos y otros edificios religiosos, siendo el monasterio de San Pablo en Jarrow, Inglaterra el primer ejemplo conocido.
Creado durante la fundación del monasterio en el año 686 d.C., algunos fragmentos de estas antiguas ventanas fueron excavados por la arqueóloga Rosemary Cramp en 1973. Si bien se desconoce la composición original de los vidrios azules, verdes, dorados y amarillos, el monasterio formó collages con ellos para dar una idea al público de lo bellas que deben haber sido estas ventanas.
“Cuando la recogimos, fue como levantar joyas del piso”, explica la profesora Rosemary Cramp en una audioguía del sitio, “y aún nos permite imaginar lo hermosa que era”.
Catedrales góticas
En la Edad Media, los vitrales estaban presentes en innumerables iglesias católicas por todo Europa. Sin embargo, hasta el siglo XII estas ventanas eran relativamente simples, pequeñas, y solían estar rodeadas por marcos gruesos de hierro. Esto se debe a que la arquitectura románica—un estilo caracterizado por muros gruesos y formas redondas—predominaba en ese entonces.
Dicho esto, en el siglo XII el estilo románico fue reemplazado por la arquitectura gótica. A diferencia de los edificios románicos, las iglesias y catedrales construidas en este estilo muestran un claro interés por la altura y la luz. Este enfoque es evidente en todos los aspectos del diseño gótico, incluyendo agujas altas, muros delgados y delicados y, por supuesto, grandes vitrales.
Las ventanas góticas suelen tener dos formas: ventanas lanceoladas de gran altura o rosetones redondos. En ambos casos, suelen ser de escala monumental y cuentan con increíbles detalles—algo que fue posible gracias al uso de tracería, un elemento en piedra decorativo pero duradero. Gracias a su tamaño y complejidad, las vidrieras góticas dejaron entrar más luz que nunca.
Arquitectura islámica
En el siglo VIII, los vitrales llegaron al Medio Oriente. La magia detrás del medio es descrita a profundidad en Kitab al-Durra al-Maknuna (“El libro de la perla oculta”), un libro sobre vidrio policromado escrito por el químico persa Jābir ibn Ḥayyān.
En este manuscrito, Jābir ibn Ḥayyān ofrece decenas de “recetas” de vitrales y gemas artificiales. Según el autor, la experimentación era esencial para crear vidrio de alta calidad. “El primer elemento esencial de la química es que hay que realizar trabajos prácticos y experimentos, pues quien no los realiza no alcanzará ni el menor grado de maestría”, escribió. “Los científicos no se deleitan en la abundancia de material; sólo se regocijan ante la excelencia de sus métodos experimentales.”
En ese entonces, las industrias del vidrio experimentaron un auge en Irak, Siria, Egipto e Irán. Los artesanos de estas regiones adoptaron y adaptaron el antiguo medio romano, utilizándolo para adornar mezquitas, palacios y otros elementos básicos de la arquitectura islámica con ventanas de diseños complejos y llenas en color. Estas piezas se volvieron cada vez más elaboradas con el paso del tiempo.
Los historiadores creen que el enfoque creativo de Jābir ibn Ḥayyān ilustra a la perfección la práctica de los vitrales en el mundo islámico. “Los vidrieros musulmanes y no musulmanes que trabajan en las zonas islámicas… fueron extraordinariamente creativos”, escribe el historiador Josef W. Meri en Medieval Islamic Civilization: An Encyclopedia, “y en sintonía con la evolución general del arte islámico, llevó este oficio a un nuevo nivel técnico, tecnológico y artístico”.
Artes estadounidenses
En siglo XIX, varios artesanos estadounidenses lograron modernizar el antiguo arte del vitral. Esto es particularmente evidente en el trabajo de Frank Lloyd Wright, pionero la escuela de la pradera, un estilo arquitectónico y de interiores que celebra la fabricación artesanal y la conexión con la naturaleza.
Las ventanas transparentes con acentos policromados se convirtieron en una parte esencial de los interiores de Wright. Estos acentos se materializaron en forma de “cintas de vidrio ininterrumpido” con “abstracciones geométricas únicas en cada edificio para el que fueron creadas”, haciendo de cada ventana una obra de arte única.
Al mismo tiempo que Wright producía sus ventanas, otro vidriero estadounidense reinterpretó con éxito esta antigua forma de arte. En 1885, Louis Comfort Tiffany estableció la Tiffany Glass and Decorating Company, un estudio con sede en la ciudad de Nueva York que producía espectaculares lámparas de vitral.
Si bien estas lámparas pasaron de moda a mediados del siglo XX, recientemente fueron objeto de un interés renovado, y hoy en día siguen siendo piezas cotizadas por los coleccionistas.
Los vitrales hoy
Hoy en día, varios vidrieros contemporáneos mantienen vivo este antiguo arte. Al igual que sus predecesores del siglo XX, estos artistas siguen inventando nuevas maneras creativas de reinterpretar el medio.
Ya sea que estén usando vidrios para embellecer el horizonte de la ciudad de Nueva York, mejorar una cabaña encantadora o hacer que un jardín botánico florezca de nuevas maneras, estos artistas prueban que los vitrales son todo menos anticuados.
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