El arte del estampado: conoce la historia de la creación artística en masa

¿Qué es el estampado?

Foto: tete_escape vía depositphotos

Hoy en día, es difícil imaginar una época en la que el arte no estuviera a nuestro alcance instantáneamente. No existían impresiones o pósters que uno pudiera comprar y colgar en la pared fácilmente. El estampado cambió todo esto: los artistas por fin podían replicar una imagen varias veces, facilitando el acercar su arte a un público más amplio.

Pero ¿qué es el estampado? Esta práctica artística consiste en transferir tinta de una matriz a un material—generalmente papel—para hacer numerosas impresiones de una misma imagen. Las matrices pueden estar hechas de una gran variedad de materiales, incluyendo madera, placas de metal, linóleo, aluminio o tela. Si bien existen muchas técnicas de estampado diferentes (cada una con características específicas), el resultado final es varias impresiones de una sola imagen.

Hoy en día, las impresiones se publican en ediciones. Cada edición tendrá un número limitado de impresiones, aunque los artistas a veces producen ediciones abiertas. Una vez que la edición se ha terminado de imprimir, la matriz se destruye y cada impresión se considera una obra de arte original. Tradicionalmente, cuando la imprenta empezó a ganar popularidad, los grabados también se utilizaban para ilustrar libros o se vendían en pequeñas colecciones encuadernadas.

Para entender las posibilidades de las impresiones, echemos un vistazo a algunas de las más populares técnicas de estampado tradicionales y modernas. La xilografía, el grabado y el aguafuerte son tres técnicas con una larga historia que data del siglo V d.C. Otras técnicas que han ganado popularidad en los últimos tiempos son las litografías y las serigrafías. Exploremos cada una de estas técnicas para comprender el impacto del estampado en la historia del arte.

 

Xilografía

Xilografía de Hiroshige

“Jardín de ciruelos en Kameido” por Hiroshige, 1857. (Foto: Dominio público vía Wikipedia)

La xilografía, la forma más antigua de estampado, tiene una larga y rica historia. Esta técnica de impresión en bloques de madera es ampliamente utilizada en Asia. La xilografía tiene raíces en China, donde se utilizó para imprimir en textiles.

Este tipo de impresión en relieve se crea tallando un diseño en un grueso bloque de madera. El diseño puede ser dibujado directamente en el bloque o esbozado en una hoja de papel y pegado o transferido a la madera. Entonces se utilizan cuchillos, cinceles y gubias para tallar la imagen. En impresiones grandes se usan múltiples bloques, ensamblando la imagen en el proceso de impresión. La tinta se coloca con un rodillo sobre todo el bloque, y las partes alzadas retienen la tinta y luego transfieren la imagen al papel.

Las xilografías tienen un significado particular en Japón, donde su estética distintiva formó un género llamado ukiyo-e. Estos grabados, producidos entre los siglos XVII y XIX, pintan un relato de la cultura a través de representaciones de paisajes, luchadores de sumo, mujeres hermosas y escenas de la historia popular. Grandes artistas como Hiroshige y Hokusai, creador de La gran ola de Kanagawa, surgieron durante este periodo. Estos grabados influirían enormemente en la forma en que occidente veía a Japón y tuvieron un profundo impacto en artistas como Van Gogh y Monet.

 

Grabado

Grabado de Alberto Durero

“Melencolia I” por Albrecht Dürer, 1511. (Foto: Domino público vía Wikipedia)

El grabado es un tipo de impresión en calcografía donde las imágenes se tallan en una placa de metal utilizando una herramienta llamada buril. Se popularizó en la Europa del siglo XV y al principio era considerada como una extensión del trabajo que los orfebres ya hacían para decorar piezas de plata.

El cobre y el zinc son los dos materiales más utilizados para la placa. Se pulen hasta que quedan brillantes y luego se utiliza el buril para crear finas líneas sobre la superficie. Un buril es una barra de acero con una punta afilada y angulada que se coloca en un mango de madera. Los buriles de diferentes tamaños permiten a los grabadores crear líneas de diferentes anchos. Los artistas experimentados también pueden hacer líneas curvas y usar escotillas y puntos para dar dimensión y sombra a la obra.

Una vez que la placa está completamente grabada, se cubre de tinta y se utiliza una bola de tela para presionar suavemente la tinta en las ranuras. Entonces, el exceso de tinta se limpia para que cuando la placa se coloque bajo la pesada prensa, la presión haga que la tinta en las líneas se transfiera al papel.

El artista alemán Alberto Durero es uno de los grandes maestros del grabado. Activo en los siglos XV y XVI, sus grabados eran extensiones de sus pinturas y dibujos. Altamente refinados, los grabados de Durero prueban que los dibujos complejos y detallados podían ser ejecutados expertamente como grabados.

 

Aguafuerte

Aguafuerte de Rembrandt

“Autorretrato apoyado en un alféizar” por Rembrandt, 1639. (Foto: Dominio público vía Wikipedia)

Otro tipo de grabado en calcografía, el aguafuerte, se remonta al tercer milenio a.C., donde la técnica se utilizaba para grabar diseños en joyería. Su popularidad en el grabado surgió en Europa durante los siglos XV y XVI, superando finalmente al grabado como método preferido.

El aguafuerte utiliza placas de cobre, hierro o zinc como base. Una vez que la placa ha sido pulida y está libre de imperfecciones, la superficie se cubre con una capa de cera resistente al ácido. Los artistas utilizan un lápiz llamado aguja de aguafuerte para dibujar su diseño en la cera, exponiendo el metal. Una vez completado el dibujo, la placa se sumerge en ácido o se vierte ácido sobre toda la superficie.

El ácido carcome las líneas expuestas, creando ranuras. Los grabadores controlan la profundidad de estas líneas basándose en el tiempo que se deja el ácido en la plancha. Para crear diferentes profundidades de ranuras—que producen líneas más claras u oscuras—partes de la placa pueden ser bañadas con ácido en diferentes momentos. Esto le da a los grabados interesantes cualidades tonales.

Una vez que el ácido ha hecho su magia, se retira la cera y se entinta la placa de la misma manera que un grabado. Cuando se pasa por la prensa, las líneas se transfieren al papel. El aguafuerte superó en popularidad al grabado porque, a pesar de tener que usar químicos, era mucho más fácil de hacer. Usar un buril requiere bastante habilidad, mientras que incluso los artistas novatos son capaces de trabajar con un lápiz para producir un diseño satisfactorio.

Rembrandt es particularmente conocido por sus aguafuertes. Este maestro holandés transformó el aguafuerte de una nueva y relativamente desconocida técnica en una verdadera forma de arte. Utilizó con éxito sus grabados para hacerse un nombre internacional en una época en la que la mayoría de sus pinturas nunca salieron de Holanda y todavía se le considera uno de los más grandes grabadores de la historia.

 

Litografía

Litografía de Toulouse Lautrec

“Ambassadeurs – Aristide Bruant” por Henri de Toulouse-Lautrec, 1892. (Foto: Dominio público vía Wikipedia)

A finales del siglo XVIII, una nueva técnica de estampado empezó a ganar fuerza. La litografía se basa en el hecho de que el aceite y el agua no se mezclan y fue creada por un actor alemán como una forma de publicitar obras teatrales de forma barata.

Para crear una litografía, el artista comienza con una losa de piedra conocida como piedra caliza litográfica o una placa de metal típicamente hecha de zinc o aluminio. El artista dibuja su imagen en la losa usando un crayón a base de aceite o tinta. Una vez completada, toda la losa se cubre con una mezcla de goma arábiga y ácido, que fija el dibujo a la superficie. También penetra en las partes de la piedra que no están cubiertas por el dibujo, creando una capa que absorbe el agua y repele la tinta.

Una vez que se retira la solución de la losa, las líneas del dibujo también son borradas. Luego se trata con agua, que es absorbida en las áreas en blanco. Esto asegura que cuando la tinta se coloque sobre la placa, solo se adherirá a las líneas del dibujo inicial. En este punto, un pedazo de papel húmedo se coloca sobre la placa, que luego se cubre con una tabla y varias hojas de papel de periódico como relleno. Una prensa de cama plana aplica la misma presión en toda la losa y transfiere la imagen. En las litografías multicolor, el mismo trozo de papel se pasa por diferentes piedras, y el impresor tiene cuidado al alinear las imágenes.

Toulouse-Lautrec es un gran ejemplo de un artista que aprovechó al máximo esta nueva tecnología. Sus coloridas litografías de la vida nocturna parisina ofrecen una fascinante mirada a la capital francesa de finales del siglo XIX.

 

Serigrafía

La serigrafía, tal como la conocemos hoy en día, fue inventada a principios del siglo XX. Tradicionalmente se usaba la seda para realizar esta técnica. El proceso de impresión requiere el uso de una malla para transferir la tinta a una superficie, excepto cuando está bloqueada por una plantilla que contiene el diseño. La serigrafía fue creada en China durante la dinastía Song, y luego se extendió a Europa una vez que la malla de seda estuvo disponible ahí.

La serigrafía es muy versátil porque el esténcil puede hacerse con una amplia variedad de materiales. El esténcil se fija a la pantalla y luego toda su superficie se recubre con un producto químico fotorreactivo. Esto sirve para fijar el diseño a la malla una vez que ha sido expuesta a la luz UV. Luego se retiran los esténciles y se limpia la malla.

Se coloca un trozo de papel bajo la malla en una mesa especial de serigrafía que mantiene todo en su lugar. Usando una escobilla de goma, una gruesa capa de tinta se extiende uniformemente a través de la malla. Cuando se levanta la malla, es posible ver la impresión directa de la plantilla en el papel. Para crear una serigrafía multicolor, se crean diferentes plantillas y el grabador debe alinear perfectamente el papel cada vez que un nuevo color pasa por la malla.

La serigrafía es popular porque, en el fondo, es una técnica de impresión bastante sencilla y económica que puede utilizarse para producir desde revistas hasta portadas de álbumes y camisetas. El artista pop Andy Warhol es el responsable de elevar esta práctica artística en la década de 1960 con sus serigrafías de Marilyn Monroe y otras figuras famosas.

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Sofía Vargas

Sofía Vargas es redactora en español para My Modern Met. Originaria de la Ciudad de México, es licenciada en Lenguas Modernas y tiene un Máster en Gestión Cultural por la Universidad Carlos III de Madrid. A lo largo de su carrera ha trabajado para varias instituciones culturales y ferias de arte en México. Además de escribir, Sofía dedica su tiempo a explorar otras prácticas artísticas, como la cerámica y la ilustración.
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