5 Pinturas de Modigliani que capturan el particular estilo de este artista bohemio

Amedeo Modigliani

Amadeo Modigliani, c. 1919. (Dominio público vía Wikimedia Commons)

El pintor y escultor italiano Amedeo Modigliani fue un miembro fundamental de la Escuela de París. Junto con Pablo Picasso, Marc Chagall y Piet Mondrian, se mudó a Montmartre y se dedicó a su arte y al estilo de vida bohemio que lo acompañaba. El estilo de Modigliani, que no se asocia a ningún género artístico en particular, fusiona movimientos europeos (como el cubismo) con formas artísticas no occidentales. Es más conocido por sus inconfundibles desnudos y retratos, que se caracterizan por sus proporciones alargadas y sus rostros que recuerdan a máscaras africanas. Mientras que sus desnudos escandalizaron al público de la época, sus melancólicos retratos revelaban la vida interior de sus sujetos.

Modigliani tuvo problemas de salud desde la infancia y más tarde sufrió desnutrición y alcoholismo. Al final murió de meningitis tuberculosa en 1920, cuando solo tenía 35 años. Y, trágicamente, su esposa y también artista Jeanne Hébuterne se quitó la vida al día siguiente.

Aunque Modigliani no alcanzó el éxito comercial durante su vida, sus pinturas se hicieron cada vez más populares tras su muerte. Sigue leyendo para descubrir cinco de sus obras más famosas.

Descubre cinco pinturas famosas de Amedeo Modigliani que capturan el estilo característico del artista.

 

La judía, 1908

Amedeo Modigliani

“La judía”, 1908. (Dominio público vía Wikimedia Commons)

A pesar del antisemitismo al que se enfrentaban él y otros artistas judíos, como Marc Chagall, Modigliani se enorgullecía de su herencia judía. Cuando llegó a París en 1906, declaró audazmente: “Soy Modigliani, el judío”. El retrato de Modigliani de 1908, titulado La judía, fue el primer cuadro que el artista vendió tras mudarse a la capital francesa. En él, explora la identidad judía pintando la singularidad y las imperfecciones de sus sujetos. Presenta a la modelo femenina como elegante, compuesta y sofisticada, aunque un poco fría y esquiva. Debido a las tonalidades melancólicas del cuadro, La judía se ha comparado con las obras del periodo azul de Picasso.

 

Cabeza de mujer, 1910-1911

Amedeo Modigliani

“Cabeza de mujer”, 1910-1911, (CC0 1.0), vía Wikimedia Commons

En 1909, Modigliani conoció al escultor rumano Constantin Brâncuși, quien le enseñó a realizar esculturas en piedra. Modigliani comenzó a crear cabezas estilizadas y alargadas que encarnaban sus anteriores pinturas de figuras y retratos. Realizó unas 25 esculturas a lo largo de su corta carrera, pero esta figura en particular se inspiró en la escultura africana y de la antigua Grecia. Para crear Cabeza de mujer, Modigliani utilizó un bloque de piedra caliza sobrante de la construcción del metro de París.

 

Retrato de Pablo Picasso, 1915

Amedeo Modigliani

“Retrato de Pablo Picasso,” 1915 (Dominio público vía Wikimedia Commons)

Cuando Modigliani vivía en París, residía en una comunidad de artistas en Le Bateau-Lavoir, Montmartre. Pablo Picasso también tenía un estudio allí, y ambos compartían una admiración mutua y una amistosa rivalidad artística. Picasso posó varias veces para los retratos de Modigliani, e incluso llegó a poseer cuadros suyos. La dualidad del artista queda plasmada en el rostro bicolor de este Retrato de Pablo Picasso, pintado en 1915. Los gestos y las marcas de los pinceles son un indicio del conflicto interno que Modigliani sentía por Picasso, pero el rostro redondo y búdico del sujeto muestra el respeto que tenía por su colega. Modigliani también hace homenaje a la sabiduría y la experiencia de Picasso con la palabra pintada, savoir, que significa “saber” en francés.

 

Jacques y Berthe Lipchitz, 1916

Amedeo Modigliani

“Jacques y Berthe Lipchitz”, 1916 (Dominio público vía Wikimedia Commons)

El escultor de origen lituano Jacques Lipchitz, amigo de Modigliani, también vivía en París. Encargó a Modigliani este retrato para conmemorar su matrimonio con la poeta rusa Berthe Kitrosser. Es uno de los tres únicos retratos dobles del archivo de Modigliani, pero también es una de sus obras más famosas.

Según Lipchitz, Modigliani solo tardó dos días en pintar el retrato. El primer día, el artista hizo una veintena de dibujos, y el segundo día, declaró el cuadro terminado. Modigliani cobró a su amigo el modesto precio de “diez francos por sesión y un poco de alcohol”. Sin embargo, como el artista estaba pasando por problemas económicos en ese momento, Lipchitz le convenció de que trabajara en el retrato durante dos semanas más para poder pagarle más. Aunque está hecho en el estilo abstracto de Modigliani, el cuadro capta la personalidad de la pareja recién casada.

 
Desnudo sentado en un diván, c. 1918

Amedeo Modigliani

“Desnudo sentado en un diván”, c. 1918 (Dominio público vía Wikimedia Commons)

Modigliani pintó varios desnudos entre 1916 y 1919, muchos de los cuales se convirtieron posteriormente en sus obras más conocidas. Este cuadro, titulado Desnudo sentado en un diván (también conocido como La Belle Romaine, o La bella mujer romana) retrata a una mujer parcialmente desnuda sobre un fondo rojo intenso con una tela que le cubre el cuerpo. La figura tiene una presencia atrevida y descarada, mirando sensualmente al espectador.

Esta obra fue uno de los cuadros expuestos en la única exposición individual del artista en la Galería Berthe Weill de París en 1917. La exposición causó tanto revuelo que la policía hizo que se cerrara antes de tiempo.

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Sofía Vargas

Sofía Vargas es redactora en español para My Modern Met. Originaria de la Ciudad de México, es licenciada en Lenguas Modernas y tiene un Máster en Gestión Cultural por la Universidad Carlos III de Madrid. A lo largo de su carrera ha trabajado para varias instituciones culturales y ferias de arte en México. Además de escribir, Sofía dedica su tiempo a explorar otras prácticas artísticas, como la cerámica y la ilustración.
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