Autorretrato de Marc Chagall, 1914. (Foto: WikimediaCommons, dominio público)
El artista francorruso Marc Chagall es conocido por su distintivo estilo abstracto en el que combinó elementos del cubismo, fauvismo y surrealismo. A lo largo de su carrera, Chagall dio vida a obras de arte figurativo y narrativo con una calidad ensueño que exploraron su fe judía y su vida en Rusia. Una vez dijo: “Lenin puso [el país] patas arriba, tal como yo pongo de cabeza mis pinturas”.
Sobre su infancia, Chagall dijo: “[Las] líneas, ángulos, triángulos [y] cuadrados me llevaron muy lejos, a horizontes encantadores”. Como un joven artista en París, usó esos ángulos geométricos para crear composiciones llamativas que capturaron los recuerdos de su infancia. En sus obras posteriores, Chagall exploró el amor, la religión y la paz mundial a través de la pintura e incluso el arte en vitrales. A continuación, conoce más sobre cinco de sus obras más famosas.
Conoce 5 obras de arte de Marc Chagall que capturan la larga carrera de este artista experimental.
Moi et le village, 1911
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Chagall pintó Moi et le village (“Yo y la aldea”) el año después de que se mudó de Rusia a París. Ahí, se unió a una comunidad de artistas internacionales conocida como La Ruche (La Colmena) que vivía en un asentamiento en las afueras del distrito de Montparnasse de París. Ningún estilo artístico predominaba en el grupo y la experimentación era más que bienvenida. Durante este tiempo, Chagall fue influenciado por el cubismo, pero a diferencia de la obra de Picasso, el artista ruso tuvo un enfoque más lúdico hacia sus sus composiciones.
Moi et le village es un reflejo de los sueños de Chagall y los recuerdos de su infancia en Rusia. La pintura presenta el paisaje ruso y los símbolos de las historias tradicionales de la región. En la parte superior de la composición, aparece la ciudad natal de Chagall (con una iglesia, una serie de casas y dos personas) en tonos vibrantes. La mujer y algunas de las casas del pueblo están al revés, lo que enfatiza la calidad surrealista y onírica de la obra. Debajo, en la parte media, vemos los rostros de un hombre (que se cree que es el mismo Chagall) y un cordero. Sus pupilas están conectadas por una línea blanca tenue que parece un hilo. La pintura también presenta una lechera sobre la cabeza de un cordero, un motivo común en la obra de Chagall.
Paris par la fenêtre, 1913
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“¡París!”, Chagall escribió en su autobiografía. “¡Ninguna palabra suena más dulce!”. La pintura Paris par la fenêtre (“París a través de la ventana”) es una versión ampliada de una vista de la ventana en un autorretrato pintado un año antes. Tiene un colorido paisaje urbano–con todo y la Torre Eiffel–en un estilo que a menudo se conoce como cubismo órfico. El término fue acuñado por el poeta francés Guillaume Apollinaire en 1912 y se utilizó para describir el arte que se centró en la abstracción pura y los colores brillantes.
Esta vibrante pieza de Chagall explora la división que sentía, así como el pasado y el presente. Con un hombre de dos caras en la esquina de la pintura, Chagall muestra la fragmentación entre su amor por París y su antigua vida en Rusia. La pareja debajo de la Torre Eiffel, que aparece desprendiéndose en el aire, también parece simbolizar este tema. El paracaidista de Chagall también podría referirse a eventos que tuvieron lugar en ese momento: el primer salto exitoso ocurrió en 1912.
L'anniversaire, 1915
“L'anniversaire” de Marc Chagall, 1915. (Foto: Wikimedia Commons, Dominio público)
Chagall solía decir que el “amor” era el color principal de sus pinturas. L'anniversaire (“El cumpleaños”), pintado en 1915, celebra el amor que tenía por su esposa, Bella. Este cuadro fue producido pocas semanas antes de que la pareja se casara. Como una muestra de la pasión que ambos compartían, Chagall se pinta a sí mismo flotando sobre Bella de una manera fluida y onírica. Su cabeza está estirada al revés y hacia atrás mientras se gira para besar a su futura esposa. Bella también flota del suelo mientras sostiene un ramo de flores. Las dos figuras están pintadas en un entorno doméstico común, lo que transmite que su amor es real y se vive todos los días en casa.
La Crucifixion blanche, 1938
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La Crucifixion blanche (“La crucifixión blanca”) representó un punto de quiebre para Chagall. Fue la primera de una serie de pinturas que presentan la imagen de Cristo como un mártir judío, poniendo los reflectores sobre el sufrimiento de los judíos europeos durante la década de 1930. Jesús está representado en la cruz con un manto de oración judío. Sin embargo, no es el único que sufre: hay figuras judías en todos los lugares a los que huyen de la devastación. A la izquierda, una aldea es saqueada e incendiada, lo que obliga a los refugiados a huir en barco. Las tres figuras barbudas debajo de ellos (una agarra la Torá) escapan a pie. A la derecha, una sinagoga arde en llamas, mientras una madre consuela a su hijo abajo. Al vincular los eventos bíblicos con la persecución de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, Chagall compara a los nazis con los romanos que atormentaron y crucificaron a Jesús, según el relato bíblico.
The Window of Peace and Human Happiness (Peace Window), 1967
“Peace Window” por Marc Chagall, 1967. (Foto: Wikimedia Commons, Dominio público)
El 17 de septiembre de 1961, el secretario general Dag Hammarskjöld de la ONU y otras 15 personas murieron en un accidente aéreo camino a una misión de paz. La tragedia provocó que el personal de la ONU estableciera un comité y una fundación con el propósito de crear un memorial. La fundación eligió a Chagall para crear un vitral en memoria de aquellos que perdieron la vida.
Como muchos de las últimos vitrales de Chagall, Peace Window (“La ventana de la paz”) está inspirado en pasajes de la Biblia. Incluye muchos elementos del Antiguo y Nuevo Testamento, como el árbol del conocimiento y la crucifixión de Jesús. Para Chagall, la ventana también fue un agradecimiento personal a Estados Unidos por otorgarle asilo durante la Segunda Guerra Mundial cuando se vio obligado a huir de la Europa nazi. La enorme obra maestra mide 3.7 metros de altura y 4.6 metros de ancho y se ubica en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York.
En la ceremonia de inauguración, Chagall instó a la audiencia, “no a ver la ventana, sino a sentirla”. Dijo: “Me gustaría que la gente se sintiera tan conmovida como yo cuando participé en este trabajo que se hizo para personas de todos los países, en nombre de la paz y el amor”.
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