Hacia finales del siglo XVIII surgió un nuevo movimiento artístico llamado Romanticismo. Este extenso periodo cultural celebraba el lado espiritual de la humanidad, lo sublime de la naturaleza y el individualismo a través de pinturas dramáticas de gran formato. El artista francés Eugène Delacroix se situó a la cabeza de este notable estilo.
Delacroix y sus contemporáneos fueron increíblemente influyentes en el ámbito de la pintura, que durante décadas había estado dominado por la estética austera e intelectual del arte neoclásico. Delacroix utilizó las cualidades emocionales del color y pinceladas expresivas para crear una serie de piezas espectaculares inspiradas en los acontecimientos políticos de Europa, la mitología y sus visitas al norte de África. Las cualidades evocadoras de sus cuadros, sin precedentes para la época, tuvieron un impacto duradero en futuros artistas, sobre todo en los impresionistas.
Aquí conocerás más sobre el arte de Delacroix y las características de su estilo.
¿Quién fue Eugène Delacroix?
Maestro del color, el movimiento y el dramatismo, Eugène Delacroix (1798 – 1863) fue un líder del Romanticismo y una figura influyente en la obra de los impresionistas. Su obra exploró acontecimientos contemporáneos, escenas mitológicas, orientalismo y retratos.
Nacido en las afueras de París, Delacroix comenzó su carrera creativa estudiando con el artista neoclásico Pierre-Narcisse Guérin y aprendiendo a pintar en un estilo realista que hacía hincapié en el modelado y el diseño. A medida que continuaba trabajando, el estilo de Delacroix se hizo más suelto y menos refinado, pero no fue hasta que vio La balsa de la Medusa, el famoso cuadro de Théodore Géricault, que adoptó plenamente el estilo romántico.
Inspirándose en los maestros de la escuela veneciana y en el arte del pintor barroco Pedro Pablo Rubens, Delacroix descubrió que a través del color, las pinceladas visibles y las composiciones dinámicas, podía transmitir dramatismo, movimiento y, sobre todo, emoción, que era la base de todo el arte romántico.
Características del estilo de Delacroix
Color
El color estaba al centro del estilo pictórico de Delacroix. Como ávido estudioso de la teoría del color, creó paletas bien pensadas que realzaban la temática de sus cuadros. En particular, empleó la armonía del color (combinación de dos o más colores) y los colores complementarios (colores que se encuentran en los extremos opuestos del círculo cromático) para enriquecer sus composiciones.
Pinceladas expresivas
Delacroix a menudo es considerado un precursor de los impresionistas debido a su enfoque hacia la pintura. No intentaba disimular la textura de sus pinceladas, sino que las hacía más visibles. Estos rasgos le ayudaban a expresar estados de ánimo y a crear una sensación de movimiento.
Composiciones dinámicas
Delacroix tenía una afinidad por las escenas de acción a gran escala, que a menudo incluían numerosas figuras dentro de un lienzo. Como resultado, se hizo conocido por construir composiciones dinámicas que utilizaban escorzos, diversas perspectivas y figuras en movimiento.
Animales
Delacroix solía utilizar animales —en particular caballos y grandes felinos— para realzar el dramatismo emocional de sus cuadros. Además, la naturaleza salvaje de los animales encarnaba los ideales del Romanticismo.
Obras importantes
La muerte de Sardanápalo, 1827
La muerte de Sardanápalo es un enorme óleo basado en la historia del último rey de Asiria, Sardanápalo, quien, en lugar de rendirse a sus enemigos, mandó a hacer una pira funeraria que incluía a él mismo, a todas sus posesiones y a sus concubinas. Delacroix llenó el lienzo con una llamativa paleta de colores rojos y cremas, así como con pinceladas visibles; en conjunto, estos elementos exaltan la narrativa caótica y violenta de la escena.
La Libertad guiando al pueblo, 1830
En el otoño de 1830, Delacroix terminó el que sería su cuadro más famoso y admirado: La Libertad guiando al pueblo. Ambientado en las calles de París (la catedral de Notre-Dame puede verse en el fondo lleno de humo) y lleno de simbolismo, el cuadro a gran escala muestra a los parisinos siguiendo a una figura femenina que lleva la bandera francesa. Se cree que este personaje alegórico es una versión temprana de Marianne, personificación de la República Francesa, y que pretende encarnar el concepto de libertad.
Mujeres de Argel en su apartamento, 1834
Tras visitar el norte de África, Delacroix creó una serie de cuadros de inspiración orientalista. Mujeres de Argel en su apartamento es una de las obras más significativas que realizó durante esta época, y representa a un grupo de mujeres argelinas descansando en una opulenta habitación llena de colores y patrones. Ubicado en el Museo Fabre de Montpellier (Francia), este cuadro llegó a ser visitado por otros artistas importantes, como Vincent van Gogh, Paul Gauguin, Pablo Picasso y Paul Cezanne; todos ellos señalaban el suntuoso colorido de la obra como una importante influencia en su propio arte.
Últimos años y legado
El arte posterior de Delacroix puede identificarse por su estilo mucho más libre. Con el tiempo, sus pinceladas se volvieron aún más amplias, más sueltas, que descuidaban los detalles en favor de una representación más impresionista.
Su extensa obra inspiró a generaciones de futuros artistas, incluyendo a Pierre-Auguste Renoir y Édouard Manet, que veneraban el dominio del color y el movimiento de Delacroix.
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