Henri Matisse, “La raya verde (Retrato de Madame Matisse)”, 1905 (Foto: Statens Museum for Kunst vía Wikimedia Commons, dominio público). Este artículo puede contener links de afiliados. Si realizas una compra, My Modern Met puede obtener una comisión. Por favor lee nuestra divulgación de afiliados para mayor información.
A principios del siglo XX, el arte moderno estaba tomando fuerza en todo el mundo. En Austria, Gustav Klimt producía sus pinturas doradas. En Tahití, Paul Gauguin mantenía vivo el postimpresionismo. Y en Francia, un grupo “salvaje” de artistas fundó el fauvismo, un género definido por un enfoque expresivo hacia la pintura.
A diferencia de la mayoría de los demás movimientos artísticos importantes, el fauvismo solo duró unos años. A pesar de ello, su legado ha inspirado a varias generaciones de artistas. Aquí, exploraremos este movimiento para comprender su importancia para la historia del arte.
¿Qué es el fauvismo?
El fauvismo es un movimiento cofundado por los artistas franceses Henri Matisse y André Derain. El estilo de les fauves, o “las fieras”, se caracteriza por una paleta de colores saturados, pinceladas gruesas y formas simplificadas, a menudo casi abstractas. El movimiento floreció en París y otras partes de Francia entre 1905 y 1910.
André Derain, “Henri Matisse”, 1905
Historia
En la década de 1890, el artista simbolista Gustave Moreau le dio clases a Matisse y a otros pintores franceses como Georges Rouault y Albert Marquet en la Escuela de Bellas Artes de París. Su profundo aprecio por el color puro y su enfoque poco convencional inspiró a Matisse y a sus compañeros a experimentar con sus propias paletas y técnicas de pintura en los últimos años del siglo XIX.
Henri Matisse, “La pequeña puerta del viejo molino”, 1898 (Foto: Wiki Art, dominio público)
Los estudiantes de Moreau no fueron los únicos futuros pintores fauvistas que exploraron las nuevas fronteras del arte. Otros, como André Derain y Maurice de Vlaminck, también ampliaron los límites de la pintura. Específicamente, buscaron inspiración en las composiciones planas de Paul Cézanne y los colores “exóticos” de Paul Gauguin.
En 1905, estas tendencias vanguardistas en la pintura fueron impulsadas tras el Salon d'Automne (“Salón de otoño”), una exposición de arte independiente en París. Aquí, Matisse, Derain, De Vlaminck y otros artistas exhibieron sus distintivos cuadros, que fueron recibido con desdén por los críticos de arte, en específico, Louis Vauxcelles, quien describió a los artistas como “les fauves“.
Recorte de periódico, Le Salon d'Automne, Les fauves, journal L'Illustration, 4 de noviembre de 1905 (Foto: Wikimedia Commons, dominio público)
Aunque tenía la intención de degradar el movimiento, este término fue adoptado por los artistas, quienes lo convirtieron en su título oficial hasta el final del movimiento en 1910.
Características del fauvismo
Colores vivos
La característica más destacada asociada con el fauvismo es un uso brillante y audaz del color. La pintura a gran escala de Matisse, Le bonheur de vivre, ilustra este interés. Aunque la escena se basa en un entorno natural, Matisse renunció a los tonos neutros por un esquema de color caleidoscópico. Además de los naranjos, la hierba azul y un cielo rosa pálido, también pintó las figuras con una gran variedad de colores.
Henri Matisse, “Le bonheur de vivre”, ca. 1905-1906 (Foto: Wikimedia Commons, dominio público)
Para Matisse, la relación entre los colores de un lienzo es intrínseca al proceso de selección de colores. “Hay una proporción impresionante de tonos que pueden inducirme a cambiar la forma de una figura o transformar mi composición”, escribió en Notas de un pintor. “Hasta que no logre esta proporción en todas las partes de la composición, me esfuerzo y sigo trabajando. Entonces llega un momento en que cada parte ha encontrado su relación definitiva, y a partir de entonces me sería imposible agregar un trazo a mi cuadro sin tener que volver a pintarlo”.
Pinceladas “salvajes”
Los fauvistas no se esforzaron por trabajar con pinceladas realistas. Introducidas por los impresionistas y adaptadas por artistas postimpresionistas como Vincent van Gogh, las pinceladas gruesas y pictóricas dominaron sus pinturas. Sin embargo, lo que distingue el enfoque de los fauvistas es la preparación de la pintura en sí.
Maurice de Vlaminck, “The Seine at Chatou”, 1906 (Foto: Museo Metropolitano de Arte vía Wikimedia Commons, dominio público)
En lugar de aplicar los óleos de una paleta, los fauvistas solían exprimir tubos de pintura directamente sobre el lienzo. Del mismo modo, en lugar de mezclar pigmentos, sugerirían nuevos colores mediante el uso de pequeños trazos adyacentes.
Formas simplificadas
Siguiendo el ejemplo de Paul Cézanne, los fauvistas experimentaron con la abstracción. En lugar de representar las formas como aparecen en la vida real, prefirieron pintarlas como formas simplificadas. De manera similar, como el pionero postimpresionista, jugaron con la perspectiva y sesgaron el plano de la imagen, lo que resultó en composiciones planas que enfatizan el color y la pincelada sobre la profundidad espacial.
André Derain, “La jetée à L'Estaque”, 1906 (Foto: Wikimedia Commons, dominio público)
“Cuando uno entra en la galería dedicada a su trabajo, a la vista de esos paisajes, estos estudios de figuras, estos diseños sencillos, todos ellos de color violento, uno se prepara para examinar sus intenciones, para conocer sus teorías; y uno se siente completamente en el reino de la abstracción “, escribió el pintor francés Maurice Denis en una reseña de la exposición. “Aquí se encuentra, sobre todo en la obra de Matisse … el acto puro de pintar”.
Después del fauvismo
El fauvismo actuó como un periodo de transición para muchos de los artistas asociados a él. Tras su conclusión en 1910, estas figuras utilizaron su experiencia fauvista para embarcarse en nuevos proyectos y entrar en nuevos movimientos.
Recortes
A principios del siglo XX, surgió una rivalidad entre Matisse y Pablo Picasso. Como ambos anhelaban estar a la vanguardia del modernismo, se esforzaron porque su arte destacara. Famoso por su estilo aparentemente cambiante, Picasso producía constantemente nuevos trabajos. Para mantenerse al día, Matisse también tuvo que evolucionar.
Sin embargo, se ven rastros de fauvismo a lo largo de su obra, en particular, en sus Recortes. Producidas a fines de la década de 1940, estas creaciones de papel pintado hacen referencia a la paleta Technicolor del fauvismo. Del mismo modo, las formas abstractas y las siluetas de estas hojas de papel recuerdan la simplicidad de las formas fauvistas.
Henri Matisse, “Gran decorado con Máscaras (Detalle),” 1953
“Desde Bonheur de Vivre—tenía 35 años entonces—hasta este recorte—tengo 82—no he cambiado”, dijo Matisse, “no en la forma en que quieren decir mis amigos que quieren felicitarme, pase lo que pase, por mi buena salud, sino porque todo este tiempo he buscado las mismas cosas, de las que quizás me he dado cuenta por diferentes medios”.
Homenaje a Cézanne
A diferencia de Matisse, quien empleó una paleta de colores brillantes a lo largo de toda su carrera, algunos de sus compañeros fauvistas optaron por explorar eventualmente los tonos terrosos. Este interés por una paleta más neutra es particularmente pronunciado en la obra posfauvismo de André Derain y Maurice de Vlaminck, quienes se inspiraron en los paisajes de Cézanne.
El tratamiento tonal de Cézanne no es la única característica adoptada por estos artistas después de 1910. Muchos de ellos reemplazaron las formas fluidas del fauvismo por el enfoque geométrico del artista postimpresionista. Esto es particularmente evidente en el cubismo.
André Derain, “Ancien quartier de Cagnes”, 1910
Cubismo
Junto con Pablo Picasso, al artista francés Georges Braque se le atribuye la cofundación del cubismo, un estilo caracterizado por la fragmentación del sujeto. Si bien, hoy en día, Braque está predominantemente asociado con este movimiento, también trabajó en el estilo fauvista desde 1905 hasta 1907, cuando surgió el cubismo.
La experiencia de Braque como fauvista indudablemente influyó en su trabajo posterior como cubista. Al igual que sus pinturas fauve, es decir, sus paisajes, sus obras cubistas se dividen en planos planos de color. Si bien su paleta anterior es mucho más vibrante que la de la segunda, ambas transmiten interés en inventar este nuevo tipo de perspectiva.
Georges Braque, “The Viaduct at L'Estaque”, 1907 (Foto: Sharon Mollerus via Wikimedia Commons, dominio público)
“Me sentí insatisfecho con la perspectiva tradicional”, Braque dijo en una entrevista. “Meramente un proceso mecánico, esta perspectiva nunca transmite las cosas en su totalidad. Comienza desde un punto de vista y nunca se aleja de él. Pero el punto de vista carece de importancia. Es como si alguien dibujara perfiles durante toda su vida, lo que lleva a la gente a pensar que un hombre tiene un solo ojo. . . Cuando uno se pone a pensar así, todo cambia, ¡no te imaginas cuánto!”.
Arte contemporáneo
Hoy en día, muchos artistas le han dado un nuevo giro a este movimiento. Desde los retratos fluorescentes de Todd James hasta los paisajes multicolores de Marcel Mouly, estas obras transmiten las pinceladas salvajes y los colores vivos de los fauvistas a través de una perspectiva contemporánea. Al reinventar y reinterpretar este estilo, los artistas contemporáneos ilustran su versatilidad y demuestran su lugar como un importante movimiento de arte moderno.
Marcel Mouly, “La Nuage Jaune”
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